domingo, 11 de mayo de 2008

"El anticristo" (fragmento) Friedrich Nietsche

No nos dejemos engañar: los grandes espíritus son escépticos. La fortaleza, la libertad proveniente de la fuerza y del exceso de fuerza del espíritu se demuestra mediante el escepticismo. Los hombres de convicciones no merecen ser tomados en consideración para todos los principios fundamentales de valor y no valor. Las convicciones son prisiones. Los convencidos no ven bastante lejos, no ven por debajo de sí, detrás de sí...
...La libertad de toda clase de convicciones forma parte de la fuerza, de la facultad de mirar libremente...
Por el contrario, la necesidad de creer, la necesidad de un absoluto en el sí y en el no, es una necesidad de los débiles. El hombre de la fé, el creyente de todo género, es necesariamente un hombre dependiente, un hombre que no puede ponerse como fín, que no puede en general poner fines sacándolos de sí. El creyente no se pertenece a sí mismo, solo puede ser un medio, debe ser empleado, tiene necesidad de alguien que se valga de él...
...Si pensamos cuan necesario es a la mayor parte de los hombres un regulador que les ligue y les fije desde el exterior, y cuánto la contricción, o en sentido más elevado, la esclavitud, es la única y última condición en que prospera el hombre débil de voluntad, se comprende también la convicción o la fé.

1 comentario:

  1. Pienso que no debe olvidarse que las personas tienen distinto nivel de formación y en una sociedad verdaderamente moderna, no hay que excluir a nadie. Pienso que en el siglo pasado se ponía énfasis en un modelo de hombre o mujer deseable pero el problema es que el ser humano no sale de una màquina uniforme o fisicamente igual como un producto industrial y en razonable pensar en una sociedad que comprenda y de solución a esto.

    Alejo del Manso

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