viernes, 18 de julio de 2008

"La felicidad, desesperadamente" (fragmento) André Comte-Sponville

Ya saben que no creo en Dios. Pero esto no me impide hacer la siguiente experiencia de pensamiento; imaginar que Dios existe y comprender porque o como podría amarnos. Sin embargo, existen experiencias más sencillas, más reales. ¿Creen ustedes que aman a sus hijos mucho más que a los de los otros porqué son más amables? No. Al contrario, son, para ustedes, más amables que los otros porque los aman más. El amor crea el valor, mucho antes que depender de él. También hay que decir que, cuando amamos solamente a algunos individuos (a nuestros hijos, a nuestros mejores amigos, a veces a nuestra esposa o nuestro esposo), tenemos miedo porque tememos perderlos. Mortales y amantes de mortales. El día que amen al prójimo, quedarán liberados de la angustia porque quedarán liberados de sí mismos. Yo, que soy un ansioso, estoy bien situado para saber hasta que punto estamos lejos de ello; pero es claramente el camino. No se trata de que haya que amar a todo el mundo, se trata de que, si hubiese una felicidad verdadera, una felicidad liberada, desatada de uno mismo, de la posesión y por lo tanto del miedo de perder, una felicidad sin angustia, (sin pertenencia, como dice Bobin), esa felicidad estaría del lado del amor universal. No solamente el amor de los hombres, de las mujeres, sino también el amor de lo real, de un paisaje, de un cuadro, de una música, el amor de un pájaro, el amor de todo lo que es, de todo lo que no falta. Hace un momento, decía que todo es presente, que todo está aquí. La paradoja es que todo, para nosotros, no es suficiente: nos pasamos el tiempo deseando una cosa distinta de lo que es, es decir exactamente, deseando una cosa distinta de todo. ¿Qué es sino esperar? Sé bien que no somos Buda, Jesucristo ni Spinoza. No se trata de decretar que vamos a amar a los pájaros, al universo y al prójimo por encima del mercado, con su cara de pocos amigos, sus malos olores o su necedad. Se trata de avanzar un poco: de esperar un poco menos, de actuar y de amar un poco más. Partimos de tan bajo, unos y otros, que no debiéramos tener muchas dificultades para avanzar al menos un poco.

1 comentario:

  1. Esto me gusta, así efectivamente es el amor.... verdadero

    ResponderEliminar

éste es un blog que no obtiene beneficios económicos. Comentarios publicitarios abstenerse, gracias,,,