viernes, 25 de noviembre de 2011

Poema de Rostro ajeno - Gustavo Tisocco

Mi madre pregonaba que en la siesta
habitaban los duendes, que del cielo rojo
de la tarde no esperemos agua,
que si comías sandía y te bañabas morías,
que el viejo de la bolsa no era el de navidad,
que el amor no elegía hogares.

Con mis hermanos fuimos tribus,
malabaristas, despistados brujos,
la princesa era mi hermana
y el dragón a veces era yo.
Sabíamos del ratón que coleccionaba dientes
y al pisar los charcos llegábamos a la luna.

Mi padre me regaló su rostro de niño,
su infinita tristeza, su abrazo.
Condenado a huérfano construyó torres,
fue mártir, héroe de corazón íntegro,
pan fresco para nuestras bocas.

Desafiando olvidos llegó la noche.
Hoy la luna es inalcanzable.
Tengo todavía el rostro ajeno,
agrietado de melancolías.
Mi corazón decapitado no supo de amor
y quedé inconcluso. Solo respiro.

Allá en mi pueblo habita la infancia,
aquí, lastima el tiempo.

de Rostro ajeno, Colección Summa, Editorial Vinciguerra 2011

jueves, 24 de noviembre de 2011

María Elena San Martín - poema de Palabra Viva

Poema de María Elena San Martín leído por Victor Redondo durante la entrevista que le realizara Daniel Grad (APOA en el Moyano).
Desgrabación de dicho video:

Quédate un poco más
después del sueño
con tus hombros breves
como palomas.

Prometo construir una canción
de ramas nocturnas,
no tocar si no el hueco de tu pecho,
mirarte en silencio
los párpados cerrados
y no nombrar brujas ni fantasmas
ni muertes secretas como lluvias
a la hora del amanecer.

Quédate tapado por las sombras
en un lugar ajeno,
entonces decretaré territorios
para el color de tus ojos.

Si sólo me dejaras quererte las uñas
o las encías de la impotencia,
Si solamente me dijeras que existe
un lamento capaz
de destruir a todos los otros,
y me llenaras de vino la memoria
antes de que las yemas de mis dedos
me pertenezcan totalmente,
antes de que dé forma a mi tristeza
para sustituir el asombro
que nos ha abandonado para siempre,
antes de que me rescate
de la boca de la noche,
sólo un poco antes,
porque no podré ellegar al día si me quedo
aunque sea un momento a solas,

no dejes estas sábanas
humedecidas por el oceáno,
aunque conozcas los árboles enfermos,

si solamente pudiera conocerte un costado
que no tenga lágrimas,,,

http://apoaenelmoyano.blogspot.com/2011/11/gracias-victor-redondo-por-tu-saludo-la.html

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Ciudad después del humo - Mario Capasso

En "La Ciudad después del humo" Mario Capasso toma los comandos del juego y ordena al lenguaje decir.

El narrador nos habla, al principio, desde un ínfimo espacio de lugar y de tiempo:

Aquella mañana del regreso de la multitud a La Ciudad, para variar, amanecí con los ojos abiertos y medio baqueteados.

De un tirón.

Con migraña, además.

Enseguida, durante el lapso comprendido entre el estremecimiento de un muslo y la sacudida del otro, sentí cómo se integraba a mi cuerpo la opresión de un calambre sin adjetivos.

Sin embargo, a poco de comenzar la historia abandona su circunscripción para colarse en los laberintos de una realidad más amplia y atemporal, al tiempo que se escurre en múltiples ensoñaciones, a través de las cuales describe circunstancias ilusorias o reales, en las que se evidencia la precariedad de la condición humana a la que estamos expuestos.

Lo hace desde un discurso que oscila entre el sentido estrictamente real y la alegoría.

Se sirve de un tono ácido, entre humorístico y resignado, que no contempla ni rebeldía ni condescendencia y se instala en el centro del relato con la plena aceptación de los hechos.

Una coyuntura de lenguaje poético, aforismos y terminología localista compromete al lector en un viaje íntimo hacia la aceptación de una realidad de conjunto que se impone en la vida del individuo, más allá de su voluntad.

El escritor, al reconocer la imposibilidad del hombre de escapar de la circularidad en la que se encuentra atrapado, aporta al lector el recurso del lenguaje como elemento liberador de una nueva construcción que pueda navegar las aguas del propio discernimiento. No obstante, no pasa inadvertido el ensamble que Capasso hace del final con el principio de la novela en una suerte de reincidencia de los hechos, que brinda en forma deliberada, otro modo lúdico de incitación. En síntesis la lectura de La Ciudad después del humo constituye, según creo, un recorrido a través de las infinitas experiencias que las palabras nos ofrecen y que, en el relato, parecen inaugurar un nuevo universo posible.

http://textos-en-escombros.blogspot.com/search/label/La%20Ciudad%20despu%C3%A9s%20del%20humo

Áspid - Carlos Carbone


http://hacedores-del-arte.blogspot.com/search/label/Carbone%20Carlos