sábado, 24 de octubre de 2015

Silvia Castro


Isondú

I

en su panteón de Recoleta
Emma Nicolay de Caprile está fuera de plano

sentado en la falda de Emma
un niño sostiene un libro y baja la vista

falta un dedo en la mano posada en su hombro
ese dedo señala el rastro de las primeras letras

la lengua muerta del libro asciende

Emma duerme en su guardapolvo de mármol
su lengua no

estoy tomando una fotografía en latín
la lengua madre sale movida

los vándalos del mármol van y vienen
lo que importa es la iluminación

el niño se deja lamer por la segunda lengua
de la segunda madre

Emma detiene mi disparo con el muñón del índice

en la fotografía
el tiempo sostiene un dedo en alto

silencio

las papilas gustativas de la luz
unen la eme con la a
la eme con la a

una dulce cadena
en el sentido de las agujas

miro la hora
la lengua se cierra sobre el niño

una espiral ascendente
enhebra las letras que faltan

el niño repite:
mamá

la lengua no sale en la foto

detrás de la reja suenan las campanas del Pilar
ya son las cuatro

mater
repite el niño

cuenta campanadas sin recreos
y señala
con mi dedo
la salida

II

Luis Ibarra vive en Constitución
pero nació en Misiones

mirá ,  Luis
mirá la luz

decía su abuela en guaraní
el día que aprendió a cazar

su mano infalible por la costanera
guardaba en un frasco la luz que iba y venía
entre carpas y compañeros

hacele agujeritos
le pedí
para que respire
mientras le sacaba fotos

la tapa del frasco reflejaba
el vientre metálico de otro DC10
de los tantos que zumbaban
entre el río y la costa

no hace falta ya va a ver
ya va a ver cuando amanezca

esa noche no dormimos
cada tanto iba a mirar frasco y niño
con toda la luz en el interior

el sol abría y cerraba
sus branquias bajo el agua

al amanecer perdimos la tapa de la lente

en la cámara indefensa
la transparencia giraba en los huecos del aire
con toda la luz que se fue por el niño

III

bastaba dar unos pasos hacia atrás para verla
Emma y su cuerpo entero en la portada del libro
ahora sí
dentro del encuadre

esta fotografía no me pertenece
tampoco el índice

ahora todos bajamos la vista
el niño
Emma
el índice y yo

el libro nos convoca:
o mbokua kua kuera michĩ kuera

en la página sesenta y cinco
la luciérnaga irrumpe en manos de una niña
que no encuentra a su muñeca

Mirá, Yassí, si Rorro viera este Isondú
cómo abriría los ojos
¿Por qué no me traes a Rorro, enano?

el Yassí Yateré
sólo trae niñas a la selva
muñecas no

Lía yace en su camita de isipós
Rorro, unos metros más allá

¡Oh, adorable muñequita! pálida de miedo
pero tenía el valor de señalar con su manecita sin dedos
el camino rojo rubí que llevaba al raptor

unos pasos se detienen junto al enano
ha llegado la madre con el frasco

hacele agujeritos
dice el niño

que ya aprendió a leer


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