domingo, 31 de mayo de 2009

"tratado de desobediencia civil" Henry Thoreau

Permítasele a cada individuo dar a conocer el tipo de gobierno que lo impulsaría a respetarlo y eso ya sería un paso ganado para obtener ese respeto.

No es deseable cultivar respeto por la ley más de por lo que es correcto. La única obligación a la que tengo derecho de asumir es a la de hacer siempre lo que creo correcto


Estamos acostumbrados a decir que las masas no están preparadas; pero las mejoras son lentas, porque los pocos no son ni materialmente más sabios ni mejores que los muchos.

De hecho, no es obligación de un individuo dedicarse a la erradicación del mal, aún del más enorme; bien puede tener otras inquietudes que lo ocupen. Pero es su obligación al menos lavarse las manos de ese mal, y si no le dedica mayor pensamiento, tampoco debe darle su apoyo en la práctica.

...Creen que si oponen resistencia, el remedio sería peor que la enfermedad. Pero es culpa del gobierno que el remedio sea peor que la enfermedad. Es él quien lo hace peor. ¿ Por qué no está más apto para prever y hacer una reforma? ¿ Por qué no valora a su minoría sabia? ¿Por qué grita y se resiste antes de ser herido? ¿Por qué no estimula a sus ciudadanos a que analicen sus faltas y lo hagan mejor de lo que él lo haría con ellos?

Lo que tengo que hacer es ver, de cualquier forma, que yo no me presto al mal que condeno.

El Estado nunca confronta a conciencia la razón de una persona, intelectual o moralmente, sino sólo su cuerpo, sus sentidos. No está equipado con un ingenio superior o una honestidad superior,


Con todo, el gobierno no me preocupa mucho, y pienso en él lo menos que puedo. No es mucho el tiempo que vivo bajo el gobierno, aún en este mundo. Si un hombre piensa libremente, sueña, imagina libremente, nunca estará por mucho tiempo de acuerdo con lo que no es como con lo que es, así que no puede ser interrumpido por gobernantes o reformadores obtusos.

"la buena fé" (Fragmentos) André Comté Sponville

...Que es la buena fe? es un hecho psicológico y una virtud moral. Como hecho es la conformidad de los actos y de las palabras con la vida interior, o de esta consigo misma. Como virtud, es el amor o el respeto de la verdad(...)el hombre de buena fé dice lo que cree, aun cuando se equivoca, de la misma manera que cree lo que dice...

...Es lo que se llama también sinceridad (o la veracidad, o la franqueza) y lo contrario a la mentira, a la hipocresía, a la duplicidad...

...Es una sinceridad a la vez transitiva y reflexiva. Regula, o debería regular, nuestras relaciones con el otro, así como con nosotros mismos...

...Es también. o debería serlo, la virtud por excelencia de los intelectuales en general y de los filósofos en particular. El pensamiento no es sólo un oficio, ni un divertimento. Es una exigencia humana. El hombre es un animal que puede mentir y que miente. Esto es lo que hace que la buena fe sea lógicamente posible y moralmente necesaria...

...Pero no es la única virtud que tiene valor, también tiene valor la compasión, el amor. Asestar la verdad a quien no la ha pedido, a quien no puede soportarla, a quien la verdad desgarra o abruma, no es tener buena fé: es ser brutal, es ser insensible, es ser violento. Por lo tanto, hay que decir la verdad, o la mayor cantidad de verdad posible, pero no siempre, no a cualquiera, no a cualquier precio, no de cualquier manera.

sábado, 30 de mayo de 2009

"el siglo del individualismo" Adam Curtis

Documental en seis videos de Adam Curtis acerca de la influencia de la psicología en el control de masas en el siglo XX. Comienzo del consumismo. Sigmund Freud. Edward Bernays.

Video 1:

miércoles, 27 de mayo de 2009

Jules Laforgue (dos poemas) Traducción Georges Perec

¡Oh, cuan cotidiana es la vida, y nada recuerdo más cierto: que simple y pobre he sido! JL

Resignación

Como necio parásito de un planeta oscuro,
en la infinidad sonora de clamores eternos,
aquí, lugar cualquiera, he nacido y vivo,
y sólo es mi deseo que se sepa y se detenga todo.
Que por un grito perdido en la tormenta
los océanos callen de pronto el aullido de sus olas,
que por traer flores a mi tumbra
los soles en masa dejen su Verbena.
¡Pobre corazón ingenuo! Rómpete, no eres nada.
Muchos otros murieron con ansias iguales
y la tierra siguió en su silencio.
Todo es duro, descorazonado, superior a ti.
Sufre, ama, espera siempre y baila
sin nunca exigir ese Porqué universal.


Cisterna seca

Cobarde vi cómo el Arte partía, mi último dios;
ya no me estrecha lo Bello con su inmortal delirio,
siento que he perdido, pues con Él echó a volar
el éxtasis que aplaca a veces los viejos deseos.
Treinta siglos de hastío pesan en mi espalda
y concentran sobre mí su llanto y su culpa.
Nuestras manos olvidaron el trabajo que consuela.
No hay día en que no piense, miedoso, en la muerte.
Sordo a la ilusión de las multitudes,
me arrastro abatido hacia parajes lejanos,
todo acabó para mí, nada más espero.
¡Pero lates aún, deshecho corazón pobre!
¡Ah, si como antaño al menos lograra
el llorar que tanto bien hace a los niños!


http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/adolfogarciaortega/home.html

martes, 26 de mayo de 2009

"El peregrino querúbico" Angeles Silesius

Me llamo Johannes Angelus Silesius. Una vez vi al diablo y tuve miedo. No tenía una forma infernal, no era un macho cabrío andando a dos patas, ni una figura envuelta en llamas con rabo y tridente. Más bien tenía rasgos familiares y una silueta que me recordaba… a mi madre. Sí, era como mi madre, pero con los ojos de un enemigo que medita. Fueron esos ojos los que me estremecieron. Escondían el tormento de la desesperanza y la falta absoluta de amor, la guerra y la crispación del mundo. Esa visión me condujo a un profundo abismo, pero tuve la suerte de encontrar en ese abismo la ternura de Dios. Sin amor nada tiene sentido, con amor tiene sentido la nada. Eso fue lo que aprendí.
Nací el día de Navidad de 1624 en Breslau, captal de Silesia, hijo de familia protestante y educado en el gimnasio luterano de Santa Isabel. Mi madre falleció cuando contaba yo la edad de quince años, mi padre había muerto dos años antes. Cultivé la poesía de los grandes maestros y mi alma siempre buscó el sosiego que la vida no me brindaba. A mis veinticuatro años era doctor en Filosofía y Medicina por la Universidad de Padua. Comprendí entonces que la curación del cuerpo y la curación del alma, seguían a veces caminos distintos. Empezaba a entender el mundo de otra manera, más amplia que la otorgada por mi educación ortodoxa. Todo lo centré en la búsqueda de la personalidad viviente de Cristo. En esta época comencé a escribir mis inquietudes y lo que mi corazón más anhelaba. Aprendí a utilizar el lenguaje para expresar lo que sentía mi alma y conocí el arte de los versos alejandrinos y los epigramas. Buscaba la libertad del eterno presente. Buscaba dar forma a mi religión interior. Por ese entonces era yo un médico de pueblo pero que no encontraba la plena satisfacción en las curas del maestro Paracelso, porque todo parecía depender del tiempo y de los designios de un Dios que no podía comprender. Un Dios que cogía higos de los cardos y examinaba el fondo de las cosas. Mundus pulcherrimun nihil. Me convertí al Catolicismo en 1653, tomando el nombre con el que me he presentado al principio. La visión demoníaca que me aterrorizó, ejerció una gran influencia en este proceso de conversión. Entendí que era necesario luchar, que si no se le hace caso al amor, se muere de frío. Que el pecado se acompaña de tumulto, y en el silencio está la humildad y la sabiduría del que busca una sola cosa. Aquella visión me enseñó a la bestia, pero también el camino de su derrota, que no es otro que la transformación de bestia en hombre, y de hombre en ser angélico. Esta es la peregrinación del alma, el camino del ser angélico, la transformación que nos conduzca a la contemplación de Dios. Este era el milagro, que el lodo une a Dios con el hombre. Que el corazón es el reino, el corazón es el templo, el corazón es un sepulcro viviente. El fruto es la belleza, una rosa mística que crece aquí y ahora y siempre, rodeada de espinas, sangrando sin marchitarse en las penas. El amor debe ser la senda y el epitafio. La llave para saber que nada es imperfecto, que una rana es tan bella como un ángel. Desde mi ordenación como sacerdote jesuita, mi vida se ha basado en la búsqueda contemplativa de Dios, reposar en la acción es la vía de la santidad. Me dediqué a escribir obras para educar en la fe, pero de todas las poesías de mi alma iluminada, me quedo con las ideas que tuvo mi corazón en su viaje hacia Dios. Un viaje que toda alma debería hacer. El viaje del peregrino querúbico. Este libro que edité hace dos años, es el libro que recoge toda mi vida. Es mi legado de amador seráfico que proclama los santos deseos del amor para aquellos lectores que intentan inflamar santamente su corazón de Dios. Pero al final me cansé de escribir. Amigo, basta ya!, si quieres leer más ve y conviértete tú mismo en la escritura y la esencia.
Siguiendo la doctrina de Gerson, me instalé en la pobreza absoluta, el ayuno y la contemplación dentro de una vida cotidiana. Y a mis cincuenta y tres años sé que los abismos del alma conducen a la virtud y hacen más soportable los achaques infatigables de la terrible enfermedad que me aflige en estos últimos meses. Hoy apenas tengo fuerzas para sostener la pluma con la que escribo. La muerte se acerca al mismo tiempo que se divisa la luz de otra vida. Ahora es necesario volver al principio. Os dejo esta carta como manifiesto de mi tímida existencia. Quedad en paz, hermanos.

domingo, 24 de mayo de 2009

"La sencillez" Párrafo de "Pequeño tratado de las grandes virtudes" de Andrè Comte-Sponville

A la humildad a veces le falta sencillez debido al desdoblamiento que supone. Juzgarse es tomarse demasiado en serio. El hombre sencillo no se plantea tantos problemas con respecto a sí mismo. ¿Quizá sea porque se acepta tal y como es? Sería demasiado decir. No se acepta ni se rechaza. No se interroga, no se contempla, no se considera. No se alaba ni se desprecia. Es lo que es, sencillamente, sin rodeos, sin afectación, o más bien -ya que ser le parece una palabra demasiado importante para una existencia tan pequeña- hace lo que hace, como cada uno de nosotros, pero no le parece que sea tema de conversación, de comentarios, ni siquiera de reflexión. Es como los pájaros del bosque, ligeros y siempre silenciosos incluso cuando cantan, incluso cuando se posan. Lo real es suficiente para lo real en sí mismo. De ese modo, el hombre sencillo es un individuo real reducido a su más simple expresión. ¿Es el canto su más simple expresión?. En ocasiones es el canto; la mayoría de las veces, el silencio; y siempre la vida. El hombre sencillo vive del mismo modo que respira, sin más esfuerzos ni gloria, sin más consecuencias ni oprobio. La sencillez no es una virtud que se añada a la existencia. Es la propia existencia en la medida en que nada se añade a ella. Por consiguiente es la más ligera de las virtudes, la más transparente y la más escasa. Es lo contrario de la literatura: es la vida sin frases y sin mentiras, sin exageración, sin grandilocuencia. Es la vida insignificante y es la verdadera vida. La sencillez es lo contrario de la duplicidad, de la complejidad, de la pretensión. Por eso es tan difícil. ¿No es siempre doble la conciencia, debido a que sólo puede ser conciencia de algo? ¿No es siempre complejo lo real debido a que en él se entrelazan las causas y las funciones? ¿No es pretencioso cualquier hombre desde el momento en que se esfuerza en pensar? ¿Existe algo más simple que la estupidez, la inconciencia y la nada?. El hombre sencillo puede no plantearse estas preguntas. Pero eso no las anularía ni nos bastaría para resolverlas. La sencillez no es necedad. Pero estas preguntas tampoco bastarían para anular la sencillez de todo, ni la virtud que se encuentra vinculada a ella. La inteligencia no es sinónimo de estorbo, de complicación o de esnobismo. Es cierto que lo real es complejo, y sin duda de una complejidad infinita. Nunca podremos acabar de describir o de explicar un árbol, una flor, una estrella, un guijaro... Lo cual no les impide ser simplemente lo que son (sí: simple y exactamente lo que son, sin ninguna falta, sin ninguna duplicidad, sin ninguna pretensión), ni obliga a nadie a perderse en este infinito de la descripción o del conocimiento. Complejidad de todo: simplicidad de todo. "La rosa no tiene ningún por qué, florece porque florece, no se preocupa de sí misma, no desea ser vista... (Angelus Silesius)" ¿Hay algo más complicado que una rosa para quien quiere comprenderla? ¿Existe algo más sencillo, para quien no quiere nada? Complejidad del pensamiento: simplicidad de la mirada. "Todo es más simple de lo que podamos imaginar -decía Goethe-, y al mismo tiempo más enmarañado de lo que podríamos concebir." Complejidad de las causas: simplicidad de la presencia. Complejidad de lo real: simplicidad del ser. "Lo contrario del ser no es la nada- escribe Clément Rosset-, sino el doble." Lo contrario de lo sencillo no es lo complejo, sino lo falso.
La sencillez en el hombre -la sencillez como virtud- no consiste en negar la conciencia o el pensamiento. Se reconoce más bien en su capacidad para, sin anularlos, liberarse de ellos, para no ser su víctima ni su prisionera...

domingo, 10 de mayo de 2009

La memoria

…Voy a hablar de la memoria. De esa sustancia tan inasible y tan etérea pero con efectos tan brutales como para generar una guerra, derrumbar una vida o impedir un amor. ¿Qué cosa será la memoria? ¿De qué estarán hechos sus átomos? ¿Dónde habitarán sus contenidos? ¿Recordamos hechos o recordamos recuerdos?Decía Samuel Beckett refiriéndose a Proust: "El hombre con buena memoria nunca recuerda nada porque jamás olvida nada".Paul Auster hace decir a uno de sus personajes que "el misterio de lo que aún no ha ocurrido podía guardarse en la memoria". Como el huevo de la serpiente, los rastros de lo que seremos están inscriptos en el presente. También las huellas de lo que fuimos. Fatalmente nos convertiremos en lo que somos.Cuántos de ustedes recordarán esta mañana de Abril.Cuántos convocarán, desde las múltiples estaciones del dolor y del fracaso, la sensibilidad exasperada y el secreto temblor que hoy nos une.Puede alguien asegurarme que los múltiples hombres y mujeres que hemos sido no circulan inadvertidamente entre nosotros. Puede alguno afirmar que los fantasmas de lo que serán no viajaron esta mañana en colectivo con ustedes.¿Cuándo muere un recuerdo? ¿Cuándo nace? ¿Qué maldita cosa se lleva la muerte? ¿Hacia dónde? ¿Qué sucede con esa versión única que de nosotros tienen los demás cuando ellos mueren?...
“Callar, pintar” Daniel Flichtentrei La máquina del tiempo
...La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso. La borró junto con el amor que sintió por ella. La gente grita que quiere crear un futuro mejor, pero eso no es verdad, el futuro es un vacío indiferente que no le interesa a nadie, mientras que el pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se rescriben las biografías y la historia...
"El libro de la risa y el olvido" Milan Kundera "El poder de la palabra"
"La crueldad de la memoria consiste en recordar lo que se desvanece en el olvido" Naguib Mahfouz
…Tengo la tristeza del olvido. Me da miedo olvidar su cara y sin embargo se me desdibuja. Ya no recuerdo el timbre de su voz y lo que es peor ya no puedo acordarme de lo maravilloso que se sentían sus abrazos. Ya no me acuerdo de cómo era tenerlo. No me acuerdo de cómo era sentirlo. Mi piel no lo recuerda. Nunca, nunca imaginé que uno podía olvidar la sensación del abrazo…
Discurso de Memoria Activa en el 12º aniversario del atentado contra la AMIA

...Sobre ese rostro que tenía que ser la única imagen de paz para atravesar tiempos de guerra se preguntaba si lo había visto realmente o si había creado un momento de ternura para sobrellevar el momento de locura que vendría después…
“La jetée” (corto) Chris Marker
…El muerto pierde, desde el primer instante de la muerte todos los derechos. Ya no hay ley que lo defienda de la calumnia, su intimidad ha dejado de ser intimidad; ni las cartas que le escribieron sus amores, ni los recuerdos que le dejó en herencia su madre, nada, nada le pertenece ya. En los últimos años anteriores a su muerte, el padre destruyó gradualmente todo lo que podía quedar de él; no dejó trajes en el armario, manuscritos, notas de sus clases, cartas. Borró sus huellas (…) El rostro que mañana desaparecerá en la tierra o en el fuego no pertenece al futuro muerto, sino única y exclusivamente a los vivos, que están hambrientos y tienen necesidad de comerse a los muertos, sus cartas, su dinero, sus fotografías, sus viejos amores, sus secretos…
“La inmortalidad” Milan Kundera

lunes, 4 de mayo de 2009

"El viaje definitivo" Pajarero Jimenez

...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará, nostálgico...
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

Taso Perticus Factor serpiente