Una marea de hielo subirá
desde los pies a la boca.
La vida, casi una fiebre,
irá huyendo como un río
hasta el último pantano de los ojos.
Y no sabremos por qué estamos muriendo.
Los grandes rascacielos de la noche
seguirán escuchando el rumor de las calles
y la frente será un témpano.
La lámpara,
hipnotizada insistirá sobre estos párpados
desesperadamente inmóviles...
Mudas presencias,
las formas familiares
van buscando rincones de olvido.
La vida que se vive - Colección Vital
© Esteban Nicotra
© Editorial Brujas
Primera edición, 2006