sábado, 7 de enero de 2017

La lectura y creación literaria en las redes sociales - Carlos Nuss




¿Qué nos motiva a leer? ¿Qué nos impulsa a escribir? Darle a la palabra el poder de los seres y las cosas.

¿Cuántas veces hemos escuchado decir "los jóvenes leen menos por culpa del internet, del facebook"?

Esta última pregunta puede funcionar como hipótesis, falsa o no. En la actualidad las redes sociales tienen una presencia sociológica y mediática quizás desmesurada. Esa presencia también ha afectado a la literatura, el acercamiento a ella y la creación propiamente dicha. Mi propósito es intentar realizar un acercamiento a estos conceptos, lograr un entendimiento sobre el tema.

La primera red social con importancia literaria fue el "blog" (diario en linea). Creados en 1997, llegó a más de 150 millones de usuarios en 2011. Es una herramienta sencilla y cómoda, de base textual, con la posibilidad de incluir fotos y videos. Muchos creadores empezaron a usarlos para compartir sus textos y sus experiencias artísticas o no. Muchos blogs están escritos en forma de diario íntimo (aunque el blog es público).

Pero el verdadero desarrollo global y masivo de las redes sociales llegó con Facebook y Twitter. El primero llegó a 800 millones de usuarios en 2012. Aunque ambas redes son de perfil comunicativo, también han sido usados (sobre todo por los usuarios jóvenes) para temas relacionados con la literatura, ya sea creando enlaces hacias páginas web o blogs literarios o usados específicamente para la creación y difusión literaria. Esto se nota en la profusión de páginas de difusión, grupos de conversación y debate, la creación de antologías en linea de autoría disuelta o colaborativa (a esto último la Doctora en Filología Hispánica y Profesora de Literatura Española en la Universidad de Valladolid teresa Gómez Trueba le ha llamado "hiperficción": 'En este tipo de ficciones constructivas o colaboracionistas siempre hay alguien que controla no la narración pero sí la interacción, estableciendo unas reglas del juego. Por su parte, la hiperficción explorativa puede tener un solo autor, pero a través del sistema de hipertexto crea una ficción que puede ser leída en múltiples direcciones, de tal manera que se le permite también al lector tomar decisiones sobre sus trayectos de lectura, eligiendo qué nexos establecer en cada momento'. Este tipo de lectura tomando decisiones ha sido comparada con la que ofrecen los libros juveniles del tipo “Elige tu propia aventura”.
Pero la novedad no termina: no sólo existe una ruptura generacional con respecto al acercamiento a la literatura a través de formatos digitales. Es también una ruptura de usos y formas. En la gran mayoría de los casos, la ordenación cronológica de los textos es inversa a la tradicional, por las características propias de las redes (el lector se encuentra primero con lo que fue escrito último). Se usan estructuras rizomáticas, es decir, sin subordinación jerarquica, donde los enlaces abren la posiblidad de saltar de un texto a otro, el uso del hipertexto como de las etiquetas es habitual. El joven escritor mexicano Renato Guillén Durán, escribe mini ficciones de 140 caracteres en Twitter. Por su parte Mauricio Montiel Figueiras, también mexicano elaboró un experimento de creación literaria a través de la cuenta de Twitter @Elhombredetweed, en el cual le fue posible desarrollar una novela de casi 500 páginas que gira en torno a un personaje ficticio creado en el internet. Hay escritores que van aún más lejos: Según el escritor Paulo Coelho, las redes sociales son el futuro de la literatura y Twitter es un arte, ya que “en 140 caracteres se tiene que pasar toda una idea y eso en este momento ayuda muchísimo al escritor a sintetizar sus ideas”. “En las redes sociales tienes que tener contenido y la forma es secundaria”, dijo.

Por otro lado, las redes sociales funcionan como un mecanismo tanto de experimentación literaria como de comunicación del escritor con el lector. Son varios los escritores que tiene este tipo de conexión con sus lectores.

Sin embargo, no voy a descubrir nada nuevo si digo que las redes sociales funcionanan como herramienta de marketing, un estudio de mercado a escala global sobre gustos y preferencias de millones de usuarios, datos que son vendidos a las grandes corporaciones. Esto, en la literatura se traduce en conductas que llevan a priorizar la socialización del texto más allá del texto en si. Manierismo, imitación colectiva, adaptación del mensaje intelectual y estético a las exigencias de la autopromoción online, la provocación de comportamientos patólogicos que surgen del seguimiento estadístico del nivel de impacto de los cuantificadores de popularidad, rasgo que quizás nunca antes los escritores hayan vivido de manera tan vivencial. El lector tiene mucha más incidencia sobre el texto escrito a través de las redes: comenta, comparte, crítica. ¿Es esto favorable para quien escribe? A primera vista, sí. Después, está en cada uno de los que escribe separar la arena de las piedras.

Soy de la opinión que lo más importante es que se lea, que el texto llegue al lector. Después, lo que este último haga es incontrolable. La interpretación es siempre personal, no es unívoca, y creo que está bien que así sea. Pero también puede suceder que el lector participe activamente en el texto, usando las herramientas digitales (cortar, copiar, pegar), para recortar o fragmentarlo, modificando irremediablemente el texto . Es parte del riesgo de la socialización del texto, riesgo asumido por la gran mayoría de los escritores online. Pero no es el único riesgo.

Decía Alejandra Pizarnik en su diario, mucho antes que cualquier red social fura siquiera una idea, que Julio Cortazar no era tanto un gran escritor, sino un gran plagiador, en referencia a su gran habilidad para tomar influencias, a ciertas similitudes de sus textos con los de otros escritores no traducidos al español en la mitad del siglo pasado, disimular el plagio, consciente o no. Tanto la copia disimulada como el plagio descarado son casi inevitables si se publica en una red social un texto, sin registrarlo intelectualmente. Es un riesgo asumido por la mayoria de los escritores online. Soy de la opinión que lo más importante es que se lea, que el texto llegue al lector. Y que así como el mundo no dejará de ser mundo por un texto más o uno menos, el verdadero lector seguirá leyendo más allá de egos y autorías. ¿Para qué escribimos? Para que nos lean . Creo que más importante que el autor es el texto, y la interacción del texto con quien lee.

Y aquí está la otra pata de la historia: ¿Cómo se lee a través de las redes sociales?

Considero que así como se escribe rizomáticamente, sin una linea jerárquica o estructural determinada, también así se lee. Es verdad que se lee más con la masificación de internet y a través del uso las redes sociales. Pero, ¿cómo se lee? Fragmentariamente, frases, parrafos descontextualizados son abundantes en toda la red. Frases de Jaime Sabines, Julio Cortazar y Luis Cernuda (por citar sólo unos pocos ejemplos) nos las encontramos a diario en la red. En mi experiencia personal he comprobado que los textos largos generalmente suelen ser los menos leídos; qué signifca ese dato, es una  conclusión a la que cualquiera puede llegar. Estadisticamente está comprobado que los jóvenes usan las redes sociales para informarse, en su mayoría no leen diarios, mucho menos son los que leen libros. pero se lee, mucho más que a través de toda la historia. Todas las redes sociales establecen sus criterios de publicación y almacenamiento. Algunas, como Facebook, se rigen además por estrictos criterios de visibilidad. Ante este panorama, los blogs siguen siendo la única alternativa real para no quedarse con la primera impresión, con la imagen bonita, con la frase o párrafo del momento. Las redes sociales sirven de difusión y para la fidelización, quizá también como escaparate en el que darse a conocer. Pero lo cierto es que la inmensa mayoría de los usuarios no lee, porque ni puede ni quiere, más allá de su propia red social. ¿Está bien esto, está mal? No soy yo quién para decirlo.


Creo que las redes sociales han (valga la redundancia) han socializado la literatura, que han creado una nueva relación entre escritor y lector, y que se lee más a través de ellas. Queda en el debe la forma en que se lee. Y también en la que se escribe.-


1 comentario:

  1. Gracias, Alicia. Debo agregar que lo que mas me interesa es que se escriba y se lea, más allá del formato. Abrazo.

    Atte.

    Carlos Nuss

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