Si alguien es un poeta puede ver toda esta belleza en el simple cordón de una vereda:
Viejo cordón de mi vereda...
Paredón de suelas,
tropezón de amor.
Mientras nadie habla de vos
mientras nadie te recuerda
sos el costado que encierra,
por derecha y por izquierda,
un siglo de procesión.
Sos la escolta sin barullo
de un barrendero y su orgullo,
de un trasnochado botón.
Duro, como el alma de un frontón
sos un penal, de curdas y mosquitos,
largo y pisoteado cinturón
de una ciudad, que va creciendo a gritos.
Si te habrás mamado de alquitrán,
de pucho y celofán, de correntadas,
panteón de rata enamorada
que cruza sin mirar, el callejón.
Sobre el almanaque de tu piel corrió la miel,
de trompos y monedas
viejo cordón de mi vereda,
la luna y el hollín te hicieron gris.
Contame un poco más, del tiempo aquél,
en que el tranvía te afeitaba
cuando la noche era un festín,
de taco y de carmín, en la enramada.
Hablame del zaguán, del verso aquél
que se llevó la alcantarilla
si en este mundo sin orillas
el único peatón sos vos.
Ir a descargar
No hay comentarios:
Publicar un comentario
éste es un blog que no obtiene beneficios económicos. Comentarios publicitarios abstenerse, gracias,,,