Párrafo de una carta que Naoko escribe a Watanabe, desde una clínica de reposo:
...durante el juego, cuando miro a mi alrededor dejo de discernir quién es quién y todos me parecen deformados.
Un día se lo dije a mi médico y me respondió que mi impresión era, en cierto modo, correcta. Me explicó que no estamos aquí para corregir nuestras deformaciones, si no para acostumbrarnos a ellas. Afirmó que uno de nuestos problemas es la incapacidad de reconocerlas y aceptarlas. Y que, al igual que todos los seres humanos, tenemos un modo peculiar de andar, de sentir, de pensar y de ver las cosas, y que, por más que intentemos corregirlas, jamás lo conseguiremos.
Al contrario, si intentamos corregirlas a la fuerza, unicamente lograremos que se resientan otros aspectos. No hace falta decir que esto es una simplificación y sólo recoger una parte de los problemas que tenemos, pero entendí muy bien lo que trataba de decirme.
Tal vez somos incapaces de adaptarnos a nuestras deformaciones. Pero en este pequeño mundo la deformacón es la premisa. La llevamos en nuestro cuerpo, al igual que los indios llevaban en la cabeza las plumas que indicaban la tribu la que pertenecían. Vivimos en silencio para no herirnos los unos a los otros
Tusquets Editores 2007
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