sábado, 29 de diciembre de 2012
Ajedrez - Beatriz Arias
1
No pasaré ligero por la rosa
me quedaré contándole una historia infinita
los ojos arrojan sus espejos plateados
y el amor queda entonces
detenido en el aire.
No pasaré ligero como el viento
que se lleva las cenizas del otoño,
me quedaré vencida y permanente
en el hondo viaje de los pájaros.
No pasaré ligero por el libro,
me hundiré en la acrobacia de letras y canciones.
El tiempo hará una lenta elocuencia de pasajes
y quedarán pintados
los sueños de los tréboles.
37
Parte de Dios este día
que espera la noche
con estrellas sonámbulas.
Parte de Dios
el alboroto de los pájaros
que me clavan en el pecho
su presencia viva.
106
En el cansado reloj del novicio octubre
cuando la casa aturde con su esqueleto de ladrillos,
en el viejo patio alunado de geranios
donde viajan azules los fantasmas de otro siglo,
en los ojos plateados del espejo
que en la caricia húmeda, se velan, se desarman,
pasa mi historia,
besos y sombras muertas,
mudas arañas amarillas
de un sol eterno.
de Ajedrez (2012)
viernes, 28 de diciembre de 2012
cielos paralelos - Daniel Arias
6
Busco en el corazón el arpegio luminoso
la decisiva levedad
el bailarín solitario y su aire gris de ángel
polen sobre la tierra.
No en el fuego o en las altas escalas
no en el viaje circular de la locura
busco en la corriente oscura
ese río de aceitados corredores
un caer continuo en espirales largas.
Busco en el sueño los rincones vacíos
y las torres blancas de la memoria
la nave abrasada por estrellas
la sal marina del naufragio
en apagados murmullos de espuma,
busco a los pescadores que hundieron
su encantamiento sin brújula
busco las redes
la llave del arca
y en la sombra el arco leve
en su quietud,
en soledad perpetua,
busco a Dios.
19
Con el arco de su mano deshace
el orden opaco y alineado de las horas.
Su giro celeste alcanza.
El milagro de la noche
cede una estrella,
un pensamiento roza el espejo,
ligera es la niebla de los pescadores
y su red tejida por peces,
nosotros aquí, con el amanecer en brumas
todavía demasiado lejos.
51
El tiempo continúa lentamente afuera de la casa,
tan solitario como dos extensiones que olvidaron su nombre.
El hombre abandona entonces la mesa, el vaso, los temores,
y marcha, marcha y marcha.
Reposa en los bordes del camino
junto a mujeres y viejos, marcha en silencio.
Cada llanura, cada piedra y cada flor,
todos conocen los cielos
que la deriva largamente pone en los ojos.
El camino es antiguo
y el hombre que anda se sostiene en el tiempo,
ciudades, reyes, bosques, perlas, batallas, arcilla,
imagen, cimiento, claustro, límite, maravilla y medida,
todo se extiende bajo la dimensión de su mano,
todo cristaliza junto a los vibrantes silencios.
¿Que busca el viento?
¿Quién se bebe lo transparente?
¿Cómo se fatiga el cielo?
Magia y dogma se precipitan
en un cortejo dividido sobre la marcha sola,
como es sola la sombra encadenada al dolor.
Con la visión de la tierra que respira en bocanadas delante suyo
fundiéndose sobre la espalda como un parto transformado,
va con su palabra abandonado a los escudos y los filos,
grande como un reino, ligero como el polvo,
como una estrella.
de cielos paralelos
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