sábado, 19 de abril de 2014

oficio de difuntos - Fernando Sánchez Zinny


Hacia una piel que semejaba mármol,
Iba el sueño
rezagado en la dicha.

La quimera, el engaño,
la pequeña esperanza,
bosdquejada en la niebla.
Como una frase interrumpida,
la deuda del error se encima, turbiamente.

De todas las promesas
tan solo se cumplió la soledad:
una mano se extiende en la llovizna
a ante un portal siempre cerrado.

Pido un mendrugo en trueque
de tanta compasión dorada,
que he dado porque sí,
para comprar un cielo inexistente.

Diluídas oraciones
aplacan en las calles
afrentas maceradas
en la extensa nostalgia vencedora.

Soy uno más que no creyo en los ángeles
ni ellos creyeron mis mentiras.

Nada heredé ni nada dejo:
S se secarán los árboles, se irán los hijos.

Carezco de pasado pues he muerto
del todo en este tiempo, día a día.

Y el alma es egoísta, fue por eso
que elegí abandonarla.

No pude hacerme amar ni hacerme perdonar.


Elegías y llanuras – Ediciones de las tres lagunas, 2009

1 comentario:

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