miércoles, 16 de julio de 2008

"El río es lo que vale" de *en busca de uno mismo* de Jaime Barylko

Nunca sabés que hacés, por qué lo hacés, para que lo hacés. Te declarás a ti mismo tus intenciones, es cierto; te enroscas en tus versos -versiones- y demás análisis para justificar tus acciones. Es una ilusión, ya que entre la premeditación y la realización, ésta última es la que vale. Eso eres, la consecuencia impensable de tus intenciones jamás realizadas. Pero crees saber...
Pobreza de la conciencia humana, que se impone saber gallardamente, no por amor a la verdad, sino por amor a la seguridad, al cauce, no al río. Lo viviente, sin embargo es el río. Y el cauce, aunque no lo quieras, se modifica con el río.
Uno mismo sabe que ha de aprender todos los días a dejar de saber, y a fluir el sabor que no se envasa ni lleva etiquetas ni figura en diccionarios.
Perfume y desvanecimiento. Apertura de poros al acecho de la eventual sensualidad.

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