3. Y el valle violento es como un matuasto al sol
Galopado de turbulencias
Volvía del castigo Y recordé los tártagos Donde enredaba
música la luciérnaga triste con instrumentos traídos de la guerra
La huída a contraluz Los corredores que sepulta la tierra
gris y el viaje de la aurora Cuidan mi corazón Mi vino pálido que noche a
noche sorbe la metralla
Yo he intentado morir Y no he podido Desciende el viento
pero nunca muero Quema lágrima heroica en carne que supura tanta impiedad
Tanta neblina ansiosa
Dios proteja esta herida dulcemente Y entorne las ventanas
del espejo
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