…El tupá va el
suelo por el Chaco bravío, fiero, impenetrable. Palpa la tierra con las manos,
lleva el cuerpo con los codos hasta el tronco de un árbol infinito. Trepa como
un gato girando el torso, como haciendo tolvanera. Calza el brazo en la
horqueta. Aproxima los ojos desorbitados por el follaje.
Huele el hedor de
otro hombre y espera…espera…espera. Asobinado, inmóvil entre las sombras de la
hojarasca.
Bajo sus piés se
viene pronunciando la figura del enemigo. Entonces, abre los agujeros de la
nariz para respirarlo de asco. Chirrea los dientes para afilarlos. Toma,
aprieta con los dedos el mango, filo y mano que empuña son un mismo trebejo,
como encarnado.
Se apresta para
el degüello y por fin lo abre, mudo…, para que el anochecer no le soporte el
grito.
Despacha la carne
del otro. La sangre lava el sudor del Tupá que se arrastra sobre la orfandad
polvorienta de la muerte.
de letras cardinales - editorial La Porteña 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
éste es un blog que no obtiene beneficios económicos. Comentarios publicitarios abstenerse, gracias,,,