Lydia Alfonso estructura su libro en series en las que Ella (epìtome de su alter ego que la interpela), la reemplaza pero no la sustituye, utiliza verbos activos; lee, escribe, para dar a conocer su intimidad más profunda.
Sus versos depurados traman una red sonora de cuya textura y tono lacónico emerge su particular universo poético en el que despliega multívocos campos semánticos de cuño existencial: el amor, presente no solamente en las dedicatorias, sino también al interior de los textos, la soledad, evocada con dignidad y rigurosa obstinación en "la casa vacìa" y "la silla vacìa", ecos nostálgicos por una ciudad que ya no es, "en el buzón", que dilata sus días y no la reconoce, la memoria y la muerte, esa presencia que late desde el primer día.
fragmento del prólogo de Alfredo Luna
sin regreso
a Ernestina Elorriaga
ella se sienta frente a su sombra triste
y le desviste las algas del último naufragio
ella sabe
que no hay regreso al sitio donde bebió aquel vino
del dulce amor
los barcos y los trenes han partido
llevando a bordo todo su equipaje
Tú ya no eres tú
a Hugo Francisco Rivella
Porque en este cuerpo escondes
tu pasado, tu atrás,
los largos días que no vuelven,.
Allí la sombra mora,
los recuerdos de otros cuerpos,
las búsquedas, los signos
de haber estado en sitios que no sabes
en qué mapas buscar,
o en qué estrellas
que ya no brillan más.
Tú ya no eres tú,
no la que habita este cuerpo,
esta presencia viva en el espejo
que sonríe, como si ignorara
la tristeza infinita
de haberse extraviado en el camino.
el árbol del baldío
a veces pienso que llora soledades
que no lo habiten pájaros
nadie le pida sombra y el otoño
año tras año lo desvista de hojas
y le amarille el alma
y la hermosura
ella en el tiempo y otras soledades y naufragios - Alción Editora - 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
éste es un blog que no obtiene beneficios económicos. Comentarios publicitarios abstenerse, gracias,,,