Isondú
I
en su panteón de Recoleta
Emma Nicolay de Caprile está fuera de plano
sentado en la falda de Emma
un niño sostiene un libro y baja la vista
falta un dedo en la mano posada en su hombro
ese dedo señala el rastro de las primeras letras
la lengua muerta del libro asciende
Emma duerme en su guardapolvo de mármol
su lengua no
estoy tomando una fotografía en latín
la lengua madre sale movida
los vándalos del mármol van y vienen
lo que importa es la iluminación
el niño se deja lamer por la segunda lengua
de la segunda madre
Emma detiene mi disparo con el muñón del índice
en la fotografía
el tiempo sostiene un dedo en alto
silencio
las papilas gustativas de la luz
unen la eme con la a
la eme con la a
una dulce cadena
en el sentido de las agujas
miro la hora
la lengua se cierra sobre el niño
una espiral ascendente
enhebra las letras que faltan
el niño repite:
mamá
la lengua no sale en la foto
detrás de la reja suenan las campanas del Pilar
ya son las cuatro
mater
repite el niño
cuenta campanadas sin recreos
y señala
con mi dedo
la salida
II
Luis Ibarra vive en Constitución
pero nació en Misiones
mirá , Luis
mirá la luz
decía su abuela en guaraní
el día que aprendió a cazar
su mano infalible por la costanera
guardaba en un frasco la luz que iba y venía
entre carpas y compañeros
hacele agujeritos
le pedí
para que respire
mientras le sacaba fotos
la tapa del frasco reflejaba
el vientre metálico de otro DC10
de los tantos que zumbaban
entre el río y la costa
no hace falta ya va a ver
ya va a ver cuando amanezca
esa noche no dormimos
cada tanto iba a mirar frasco y niño
con toda la luz en el interior
el sol abría y cerraba
sus branquias bajo el agua
al amanecer perdimos la tapa de la lente
en la cámara indefensa
la transparencia giraba en los huecos del aire
con toda la luz que se fue por el niño
III
bastaba dar unos pasos hacia atrás para verla
Emma y su cuerpo entero en la portada del libro
ahora sí
dentro del encuadre
esta fotografía no me pertenece
tampoco el índice
ahora todos bajamos la vista
el niño
Emma
el índice y yo
el libro nos convoca:
o mbokua kua kuera michĩ kuera
en la página sesenta y cinco
la luciérnaga irrumpe en manos de una niña
que no encuentra a su muñeca
Mirá, Yassí, si Rorro viera este Isondú
cómo abriría los ojos
¿Por qué no me traes a Rorro, enano?
el Yassí Yateré
sólo trae niñas a la selva
muñecas no
Lía yace en su camita de isipós
Rorro, unos metros más allá
¡Oh, adorable muñequita! pálida de miedo
pero tenía el valor de señalar con su manecita sin dedos
el camino rojo rubí que llevaba al raptor
unos pasos se detienen junto al enano
ha llegado la madre con el frasco
hacele agujeritos
dice el niño
que ya aprendió a leer
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