domingo, 24 de abril de 2016

Malhoja - Daniel Quintero


Este papel en poesía será ternura
D. Q. 

...Y así da cuenta de una contemplación que posa en los suelos atestados de malhoja por los que ve no sólo pura ceniza, sino también el pensamiento esperanzador porque (...) El azúcar ya es recuerdo // escucho tu nombre // merodear por la casa. Inaugurando en la palabra la posterior y posible reivindicación de esa otra realidad sutil que no precisa describir, sólo la nombra. Marta Córdoba. 

Esa metafísica expuesta por el poeta, implicitamente, va construyendo el desborde de las imágenes, del lenguaje, de los silencios que por momentos aturden. No escribo en castellano // escribo en el idioma de los desprovistos comienzan diciendo los versos de este libro Malhoja. Oscar Barrionuevo.

Escribidor

Para qué trascender, 
de ser así hubiera tenido hijos
y no plantado árboles o escrito libros
que son cosas que puede hacer cualquiera.

Antología

Este libro es ólo papel de naufragio
tinta suelta y desechos faltantes en las carnicerías.
Es la mentira más próxima dl corazón,
atroz pasta de los cementerios.

Este libro es más de lo escrito,
ilusión radiante, angosta prueba de desquicio,
herrumbre en soledad
sobre cartas de amores remotos
hundidas en viejas oficinas postales
que con tanto frío
me recuerdan al muerto que llevo. 

Fuera abajo

Recuerden este día por el hombre que no fui, 
la tarde se esfuerza en permanecer
y nada de esta luz habrá en la mañana.

Entra en el viento como si fuera pròdigo
que de tanto regresar se impregnó con el paisaje.

Bosque que se lleva su caricia poderosa,
el perfume, la fibra, la música que será tanta madera,
el demoledor filo del hachaterminará dándole forma:
liberen la zona de todos los curiosos,

hará mucho ruido/también sombras/
este corazón que caerá al fin
entre el dolor de tantos árboles. 

Malhoja

Nada quede de esta piel,
suba en humo confundida en la intemperie, 
que todo se disuelva con la niebla amarga
en el incendio de los cañaverales.

Que nada quede de esta hoguera
con sus flores clavadas en el cielo
y de repente lluevan penas de hollín, 
sobrepase la vida este diluvio.

sea lluvia de cenizas que seca
el alguna vez recuerdo verde que teníamos;
nada a resguardo del lamento,
nada que imagine en dos
la fé en la zafra y la fatiga.

Devenido en dolor a pesar de que fue azúcar
la intención inicial de nuestra siembra.

Sean estos papeles mal quemados
subiendo rojos al vacío
combustible de guerra.

Malhoja - colección El Rey Tuerto - Parque Chas Ediciones, 2015


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