Primera postal previa a la masacre:
Con la mirada clavada a la vasija de ágata, muerto de sueño y vistiendo ropajes multicolores en el mejor look Polichinela, el Perfecto Isaías, laboratorista alquímico de primera graduado en París, se agita entre retortas ensortijadas, probetas y filtros; lo rodean modestas paredes de chapa. Sólo Perón y Gardel conocen el móvil último de sus afanes brotados de un insomnio de Malaquías: descubrir la píldora conducente al estadio máximo de no-materia.
Isaías ni me ve cuando me acerco; a un ruido mío gira, se alarma -No debés estar aquí, Los Hermanos mayores no autorizan la presencia de persona alguna en este recinto -suplicó. Le respondí-: Fui designado cronista de esta aventura, ¿cómo podría dar fe de tamaños desvelos sin participar de ellos en cuerpo y alma? -tal, mi argumento; no osó objetarlo. Mi prestigio era grande por entonces. Volvió a agitar los hombros de modo convulso; creí que se hallaba a un paso de sufrir uno de sus ataques epilépticos; no: estaba machacando la Materia Primera, también conocida como Caos o Agente Mágico Universal, sustancia pétrea de ardua recolección usualmente oculta entre desechos pútridos; puedo corroborar que su olor remitía, sin apelación, a un hediondo proceso microorgánico...
Primer premio Eduardo Mallea (2003-2005)
Ediciones Desde la Gente - Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos
Muchas gracias, Caos Lúcido. No tenía el gusto de conocer este blog, lo seguiré de aquí en adelante. El abrazo en vida y poesía, Jorge Ariel M.
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