...El lector cabal reivindicará el tesoro subjetivo que
guardan sus anaqueles. Al referirse a la importancia de sus libros siempre
estará remitiendo a sí mismo. Es que su propia trayectoria resulta
indiscernible sin esas páginas predilectas, su propio nombre indisociable del
nombre de aquel que las escribió. El tiempo de lectura, por lo demás, es tempo
de revelación. Steiner no dudó en caracterizar el efecto de la lectura como
éxtasis, hora de comunión incomparable entre nuestro espíritu y el del autor
leído. De hecho, el encuentro con la palabra de un autor que nos convoca,
equivale a una experiencia de iluminación; es un vértigo similar al de un goce
extenuante, un riesgo siempre lindante con el de la despersonalización tanto
como un ingreso a las formas más altas y más sólidas de la identidad... ...Sí,
quien de veras ha leído se ha transfigurado... ...El libro leído no perdura
unicamente en la memoria; perdura sobre todo en nuestra conducta... ...Es que
leemos para trascendernos, para ser otra cosa que aquello que ya somos, para
ser dos, para descubrirnos hermanados, comprendidos, legitimados...
de ensayos de intimidad, Emecé, 2002
de ensayos de intimidad, Emecé, 2002
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