domingo, 3 de julio de 2016

Leopoldo Castilla - Era el último planeta que cantaba


…Ha percibido una intencionalidad oculta que recorre el mundo, y se prolonga en la palabra, la que a su turno la modifica. Frecuenta los viejos caminos de la analogía, matriz del estructuralismo y la teoría de conjuntos; como un cabalista judío, griego o cristiano que descubre identidades cambiantes, coincidencias significativas, opuestos, paradojas. Graciela Maturo.

El amanecido

A Maximiliano Witte

¿qué estaré siendo yo de este lugar
que ha parido la presa de su carecía?
Entenado de mis muertos
llevo una flor a su caridad
para que vuelva en mí esta comarca,
pero es tarde,
el cielo envejeció
y el espacio ha crecido demasiado.

He gozado todos los sonidos,
me he dejado llorar
por ojos difuntos,
he besado a mi época en la lengua
y a esta altura
soy el cielo de mis fornicaciones
y la intemperie donde flameo, inhumano.

Entro a la tormenta de la casa vacía
y lluevo largamente,
con la copa en las raíces,
asfixiado por el aire,
y, enguantado por mi oscuridad,
pudro mi leña,
eyaculo el escenario,
pierdo los papeles, tacho la luz,
lastimo la función.

Los otros no saben que están dentro
de un día que no amaneció,
el que no amaneció,
el que me he robado
mientras del suero de mi cerebro
se amamantaba la noche
cuando yo tiraba mis huesos al aire
y ni la muerte los reconocía.

Tengo dentro
un salto de pájaro espantado,
un niño helado en su futuro,
un camino que no deja de ir
y un árbol inmóvil
soltando frutos oscuros.

No hay contemplación: mi limosna es mi cuerpo.
Ya no me sirve el universo
                                   ni le sirvo yo.

Hacia una luz inválida se va el día.
Y no me lleva.
Donde yo duermo, trinan como perras,

                                   mendigas las palomas.

Visor Libros 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario

éste es un blog que no obtiene beneficios económicos. Comentarios publicitarios abstenerse, gracias,,,