…Ha percibido una
intencionalidad oculta que recorre el mundo, y se prolonga en la palabra, la
que a su turno la modifica. Frecuenta los viejos caminos de la analogía, matriz
del estructuralismo y la teoría de conjuntos; como un cabalista judío, griego o
cristiano que descubre identidades cambiantes, coincidencias significativas,
opuestos, paradojas. Graciela Maturo.
El amanecido
A Maximiliano
Witte
¿qué estaré
siendo yo de este lugar
que ha parido la
presa de su carecía?
Entenado de mis
muertos
llevo una flor a
su caridad
para que vuelva
en mí esta comarca,
pero es tarde,
el cielo
envejeció
y el espacio ha
crecido demasiado.
He gozado todos
los sonidos,
me he dejado
llorar
por ojos
difuntos,
he besado a mi
época en la lengua
y a esta altura
soy el cielo de
mis fornicaciones
y la intemperie
donde flameo, inhumano.
Entro a la
tormenta de la casa vacía
y lluevo
largamente,
con la copa en
las raíces,
asfixiado por el
aire,
y, enguantado por
mi oscuridad,
pudro mi leña,
eyaculo el
escenario,
pierdo los
papeles, tacho la luz,
lastimo la
función.
Los otros no
saben que están dentro
de un día que no
amaneció,
el que no
amaneció,
el que me he
robado
mientras del
suero de mi cerebro
se amamantaba la
noche
cuando yo tiraba
mis huesos al aire
y ni la muerte
los reconocía.
Tengo dentro
un salto de
pájaro espantado,
un niño helado en
su futuro,
un camino que no
deja de ir
y un árbol inmóvil
soltando frutos
oscuros.
No hay contemplación:
mi limosna es mi cuerpo.
Ya no me sirve el
universo
ni le sirvo
yo.
Hacia una luz
inválida se va el día.
Y no me lleva.
Donde yo duermo,
trinan como perras,
mendigas las
palomas.
Visor Libros 2016
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